No resulta fácil trabajar sobre un texto tan breve en el que debieran incorporarse una serie de elementos que definen este tipo de texto disertativo-argumentativo.
Digamos brevemente que a pesar del nombre que suele espantar a los estudiantes no responde en verdad a la complejidad con el que suele preconcebirse este tipo de texto. De alguna manera siempre estamos (y los más jóvenes de manera cada vez más recurrente) construyendo, en forma oral sobre todo, textos expositivos-argumentativos. En el contexto actual de opinión pública y mediática, influenciadas por las redes virtuales, los más jóvenes están habituados a expresar ciertas ideas argumentando su punto de vista, planteando una tesis personal y defendiéndola. Cuando opinan sobre su propia sexualidad, embarazo, uso de drogas, feminismo, problemas de género, etc., lo hacen por general lo hacen en base a esta estructura. Creo yo que en la sociedad actual nadie dice que fumar marihuana es bueno o malo, y punto. O que al iniciarse sexualmente en la adolescencia da lo mismo usar o no preservativo. O que las mujeres son permanentemente discriminadas en una sociedad construida sobre estructuras patriarcales es un hecho negativo y punto.
En todos estos casos de opinión (más que recurrentes en nuestra cotidianidad contemporánea) existe en quien lo emite la obligación mortal de justificar, es decir de dar argumentos, de manejar estrategias de convicción, de abrir debates. Todas recursos que están hoy a la mano de todos.
Quiero decir con esto que escribir un texto disertativo-argumentativo no es más que reproducir lo que se realiza de manera casi espontánea en las reuniones de amigos y colegas. Esto no significa tampoco que sea lo mismo. Al ser un texto escrito requiere de ciertas condiciones que la oralidad no las precisa pero que en el fondo responden a la misma exigencia: expresar una idea personal y defenderla por medio de recursos o argumentos.
Asó, en el párrafo-texto precedente tenemos que el emisor expone una idea, informa un hecho: que investigaciones realizadas sobre violencia en las escuelas revelan que un tercio de los afectados son homosexuales. Hasta ahí no hay más que una información. Lo que viene a continuación no son sino planteamientos especulativos sobre los afectados (estudiantes homosexuales), según el cual podría afectar su integridad, y que dicho daño "posiblemente resultaría" (ambos en potencial) un impedimento para su futuro desarrollo profesional o laboral.
Para que sea realmente un texto del tipo acá abordado y no sólo información sino comunicación y específicamente diálogo, aquello que en el fondo es un texto argumentativo (una disputa, una polémica dialógica, a través de la razón), necesita una tesis o planteamiento personal, argumentos objetivos que defiendan la idea, polemizar sobre el bullying, intentar convencer a través de un juicio de valor los inconvenientes de este fenómeno escolar; y todo esto sobre la base de una estructura que tenga que tener una introducción (presentar el tema), un desarrollo (el cuerpo en el que se polemizan dichas ideas) y una conclusión clara, precisa y objetiva. Aunque puede quedar abierta. O como pregunta.
Lo anterior peca de varias faltas: se limita sólo a informar, pero la principal es que carece de un desarrollo: no hay argumentación, no se contrastan ideas, no se refutan puntos de vista. Pareciera que de una vez le fue cercenado, cortado, violentamente extraído su cuerpo. Salta, por último, de la información vana y común a una conclusión introducida por la conjunción conclusiva "Assim" ('así') seguida de dos posibles resultados.