El estudio es siempre una actividad integral. Es indudable que la prioridad debe ser adquirir los conocimientos, conocerlos y adaptarlos debidamente, pero no son asimilables si no se contrastan, no se sociabilizan, no se comparten en y con otras realidades. Está demás decir que la distracción o distensión es altamente recomendable, y necesaria, para situaciones de estudios sistemáticos para evitar el estrés. Salir con amigos, pareja, compartir con la familia, hacer deportes, etc. Pero también para pensar en otras cosas que de alguna manera importante nutren y complementan ese saber específico. Ningún conocimiento está aislado de la realidad circundante, en consecuencia precisa relacionarse para que surja aquello que los educadores llamaban "educere", es decir dejar que brote, que salga, que emane del interior el conocimiento. Ese saber que se adquiere de forma imborrable. A veces un films, una conversación cotidiana, una novela, una palabra de un desconocido crea ese contacto y entonces surge ese espíritu interior del aprendizaje. Por lo tanto, ocupar, como dices, todo el tiempo en los estudios no sólo puede ser ineficaz sino tambipen riesgoso, no sólo porque fracases en los exámenes sino tambipen porque aparte de producir estrés, puede causar una frustración patológica. En verdad, como en todo, debe ser matizado, sin exagerar; justamente medido.