La marihuana medicinal en el derecho brasileño

La marihuana es una planta compuesta por 70 son sustancias consideradas sicoactivas, de las cuales se destacan el THC y el CBD, conocidos desde las últimas décadas debido a las descubiertas sobre su potencial médico. Sin embargo, en casi todo el mundo, tanto la marihuana cuanto sus compuestos son prohibidos o tienen uso y venta restricta a algunos pocos casos. En Brasil, por ejemplo, hasta 2015, la adquisición de productos con THC o CBD era completamente prohibida, situación que se cambió, solamente, con las protestas de decenas de madres de hijos epilépticos, que pedían el derecho de que sus niños pudieran usar la marihuana para contener el gran número de crisis que tenían todos los días. Desde entonces, la agencia nacional de salud permitió la compra de aceite de CBD, pero exclusivamente por medio de importación, en carácter excepcional, y sólo de diez diferentes productos – en un proceso que llega a costar 1.564,55 reales.

Además, actualmente, ya se encuentra en las farmacias brasileñas otra medicina hecha a base de CBD y THC, para el tratamiento de esclerosis múltiple, que puede costar 2.977,72 reales. Mientras esto, la marihuana, de la cual se extraen estos compuestos y que puede ser fácilmente cultivada en un país como Brasil - incluso en el ambiente doméstico o por medio de asociaciones civiles de pacientes y científicos – sigue siendo prohibida y rechazada como la “yerba del diablo”. Lo que se defiende, así, es que el derecho fundamental a la salud – derecho de todos y deber del Estado, según la Constitución de 1988 – encuentra-se violado, pues, aquí, está accesible solamente a algunos que tienen condiciones económicas para importar el CBD – necesario para el control de distintas enfermedades y para la concretización de los derechos a la vida y a la salud.