El 2010 las 22 academias de la lengua española, en un intento de uniformar el idioma en los países hispanohablantes, se unieron para actualizar las normas ortográficas.
Esa nueva ortografía afectó al alfabeto. Ahora se sugiere que cada letra reciba uno solo nombre, independientemente del país o región, como sigue:
- B = la be (en América ‘be grande’ o ‘be larga’)
- V = la uve (en América ‘be corta’ o ‘ve baja’)
- Y = la ye (En muchos países ‘i griega’)
- W = la doble uve (en América suelen llamarla ‘doble ve’, ‘ve doble’ o ‘doble u’)
- Ch y ll ya no se consideran letras, así que el alfabeto tiene ahora 27 letras.
Es importante que sepamos de esas recomendaciones principalmente si nuestro objetivo es obtener el DELE o si hayamos elegido el idioma español para el vestibular. Tal como sucede con los hablantes del portugués en lo que toca a la última reforma ortográfica, muchos hispanohablantes llevarán años para acostumbrarse a los cambios, algunos quizás nunca los acepten. No me imagino un argentino ‘rindiéndose’ a los ‘gallegos’ y hablando ‘uve’, o a un español mayor diciendo ‘la ye’. Es importante que la Asociación de las academias no considera incorrecto ni prohíbe los nombres adoptados anteriormente, sino recomienda que adoptemos la nomenclatura actual para la uniformización de la lengua.
Un cuidado que debemos tener es que todavía los diccionarios no fueron revisados y no encontraremos en ellos estas informaciones, esto incluye los diccionarios producidos por la propia Real Academia Española (Diccionario de la Real Academia Española y Diccionario Panhispánico de Dudas).